Nuevo estudio sugiere vida bajo la superfície de Encélado

Esta Luna helada de Saturno alberga un océano descomunal bajo la espesa capa de hielo que lo recubre. Un nuevo análisis de los datos tomados por la sonda Cassini sugiere que bajo la espesa capa de hielo que cubre la totalidad del planeta, podrían estar viviendo microorganismos metanógenos… ¡Y quien sabe si algo más!

Encélado podría pasar como una pequeña e insignificante Luna helada de Saturno, sin embargo, su superficie helada guarda un enorme misterio en su interior. Bajo la espesa capa de hielo que cubre la totalidad de este mundo, se esconde un océano que guarda un secreto que podría cambiarlo todo. La sonda cassini, que acabó su misión desintegrándose en Saturno en 2017, estuvo realizando varios estudios sobre Encélado entre 2005 y 20017.

Durante uno de estos sobrevuelos a Encélado, pudo atravesar uno de los enormes géisers provocados por incontables criovolcanes que se extienden por la superficie, y que son tan poderosos, que pueden expulsar el agua a varios kilómetros de altura. Lo suficiente como para que nuestra sonda Cassini pudiera recoger datos sobre su composición. Y cuando los científicos se pusieron a analizar esos datos, descubrieron algo inesperado: Unas concentraciones de metano y otras moléculas orgánicas especialmente altas. Unas moléculas que, aquí en la tierra, están asociadas con los respiraderos hidrotermales del fondo del océano.

En otras palabras: La sonda cassini había detectado inusuales cantidades de indicadores de vida microbiana.

Recientemente, un nuevo estudio científico ha descartado totalmente que semejantes cantidades de indicadores de vida se pudieran haber formado por cualquier tipo de proceso geológico conocido. Las posibilidades de que haya vida en Encélado, acaban de aumentar muchísimo.

 

¿Podría ser que este pequeño mundo albergara vida bajo la superficie?

 

Quizás uno podría pensaría que un mundo tan lejos del Sol puede ser demasiado frío para albergar vida, pero sin embargo, el enorme tirón gravitacional que ejerce el gigante gaseoso Saturno sobre esta luna, podría estar calentando su océano interior por la fricción causada por el estiramiento y contracción de su núcleo rocoso cada vez que Saturno se acerca y se aleja de Encélado.

Esto no solo ayudaría a evitar que el océano global se congele, sino que también podría significar la presencia de respiraderos hidrotermales. Estos, como su nombre indica, son respiraderos en el fondo del océano, donde el calor del interior cálido se filtra al océano. En la Tierra, estos respiraderos son ecosistemas particularmente interesantes: la vida que prospera allí lo hace en una red trófica basada en reacciones químicas, conocidas como quimiosíntesis.

Entonces, si hay respiraderos hidrotermales en Encelado, y todos los signos parecen indicar que hay muchas posibilidades de que efectivamente los haya, entonces podrían estar sustentando un tipo de vida más o menos como la conocemos. Sin embargo, la búsqueda de estos supuestos microorganismos metanógenos en el lecho marino de Encelado requeriría misiones de inmersión profunda extremadamente desafiantes y que no vamos a ver durante varias décadas. Pero eso no quiere decir que no podamos deducir su existencia de otras maneras.

La sonda Cassini detectó en las columnas de Encelado metano, dihidrógeno y dióxido de carbono. Los investigadores recurrieron a modelos matemáticos utilizando variables conocidas, como los procesos que producen metano aquí en la Tierra. El trabajo fue minucioso, se tuvo en cuenta la temperatura del lecho marino y de los respiraderos hidrotermales, y el efecto que una población de estos microbios tendría en su medio ambiente.

Al final, el equipo descubrió que la abundancia observada de metano era demasiado alta para ser el resultado de procesos geoquímicos conocidos. Eso significa que allí, en las oscuras profundidades del océano de Encélado, pueden haber microorganismos extraterrestres viviendo. Y si la vida en encelado ha tenido el suficiente tiempo para evolucionar a formas más complejas, quizás no solo encontremos microbios allí abajo.

Sin embargo, la existencia de vida fuera de la tierra debe ser considerada SIEMPRE como la última de las opciones a barajar, y primero se tendría que descartar que esas moléculas orgánicas detectadas no provienen de algún tipo de proceso geológico desconocido hasta ahora. Para eso, me temo que necesitaremos enviar más misiones a Encélado en los próximos años, y actualmente no hay ninguna misión planeada para ir allí.

Pero los astrobiólogos tienen puesto ahora el punto de mira en esta pequeña Luna de Saturno, y veremos si alguna gran agencia espacial del mundo decide escucharlos y enviar tan pronto como sea posible, una misión allí.

¿Y tú, qué crees? ¿Encontraremos vida algún día en el sistema solar? Déjame tu opinión en los comentarios.

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